jueves, 25 de diciembre de 2014

Whatsapp messenger

Al alba todo terminará, pensaba el caballero mientras esgrimía la empuñadura de su espada, apoyada en el gélido mármol que le atenazaba a una amenazadora, nublada, borrosa y eterna realidad. Aferrado a ella como el cordón umbilical sostiene la vida de un no nacido, inmóvil, silente, inmerso en un desdén del que no puede WhatsApp JAVA.


Solo, en la inmensidad del silencio oscuro. Ante si, su juez más severo. Se había enfrentado a mil y un enemigos, nunca temió por su vida, pero su enemigo ahora es él. Ni el arrojo, ni la valentía le podrían liberar esa noche de si WhatsApp JAVA.

Arropado por la capa del desdén tejida por unos ojos que jamás le volverán a mirar, es incapaz de soportar el frío que anida en su interior vacío de sentimientos, extirpados por la guadaña de un desamor que lo condena inexorablemente a la soledad eterna. El sonido es la nada. El silencio un abismo que lo atrapa y conduce a un mundo del que no puede escapar, lo acerca tanto a sí que ni la lucha más feroz puede alejarlo de sus eternos Whatsapp messenger olvidados por lejanos. Después de esa noche solo la noche le espera.

Por el rosetón de la capilla se cuela un rayo de luz. La luna herida derrama su líquido vital rasgando el manto oscuro de la noche salpicado de brillantes, rubíes y zafiros que pronto se desdibujarán con el alba. Pero su oscuridad avanza con esa su noche, la más larga, la más oscura. Ni las estrellas, otrora guía y salvoconducto, le pueden ya indicar el aqui.

Al alba será caballero, pero qué lejos está el alba. La nada se aúna, el silencio se arremolina y de la niebla profunda surgen los fantasmas que tanto teme: Sus recuerdos. Intenta ahuyentarlos. Esgrime su espada olvidando que está en terreno sagrado. Como un loco corre tras ellos sabiendo que sólo son una quimera. Quiere destruirlos, borrarlos, sin comprender que lo vivido siempre le acompañará como sombra alojada en uno.

Desde un lejano rincón se oyen risas. El sonido le llega confuso, apenas un murmullo que va creciendo hasta hacer temblar las columnas que lo rodean: - ¿Quién es? ¿Quién anda ahí? – grita con una voz apenas reconocida. Nadie contesta y la risa lo inunda todo. De la neblina surge un grupo de niños, en el centro uno esgrime una rama de olivo y grita:

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